Tuesday, February 06, 2007

Tito & Los Niños!

Frances Tirado / Primera Hora

¿Quién en su adolescencia no suspiró por un artista coleccionando sus reportajes, discos y fotografías hasta llegar a sacrificarse en muchas cosas para ir a verlo cantar en directo? Éste es el caso de un grupo de jovencitas de diferentes partes de la Isla, que se han declarado fanáticas oficiales del rapero Tito “El Bambino”.

Tanto ha sido su delirio, que hace dos años crearon el fan club del vocalista, a quien describen como un “verdadero amigo”.

No hay gratificación más grande para el rapero Tito “El Bambino” que contar con el apoyo incondicional de sus seguidoras, que ha llegado a fungir como su consejero espiritual.

Para el exponente de reggaetón es un orgullo contar con el cariño de este grupo de fans, que más que delirar por él, confían en su persona y lo consideran su pana.

El intérprete de “Caile” revela en entrevista con PRIMERA HORA que “lo más bonito que puede tener un artista es el privilegio de tener un público genuino que esté contigo en las alegrías y en los momentos difíciles”.

“Ellas están pendientes a todo lo que pasa en el género y si tengo que mejorar algo, me lo dicen. Hay una conexión bien bonita y somos una familia”, dice.

Entre las cosas que le aconsejan es que no cante temas de tiraera, pero que si le “zumban”, no se deje tirar y se defienda a través de sus letras, con elegancia.

En cuanto a si este grupo ha provocado los celos de su esposa, la bailarina Jessica Santiago, reitera que “ella no es celosa y las fans son sus amigas”.

El que exista un grupo de chicas pendiente a todo lo que sucede con su carrera artística y vida personal, es para Efraín Fines Nevárez, nombre real del rapero, “un regalo que Dios me ha dado y estoy bien contento por esa oportunidad”.

“Por eso son mis tesoros y si tengo que defenderlas, con orgullo y como un guerrero, las defenderé”, sostiene con simpatía mientras comparte con ellas en un parque de San Juan.

Durante el íntimo encuentro con su artista favorito, las chicas asistieron llevando álbumes, recortes de entrevistas, camisas y cámaras fotográficas.

Con una bandana negra en su cabello y sus ojos bien maquillados, Johanis Torres, de 17 años de edad y natural de Trujillo Alto, se identifica como fanática de Tito desde el año 2003.

Lo que más le gusta a la chica, apodada “Bambina Gatillera” y que estudia su cuarto año de escuela superior en el Colegio Santa Cruz de Trujillo Alto, es cómo Tito “El Bambino” se entrega al publico.

“Él no busca fama y es de admirar. Tengo alrededor de 60 pósters en mi cuarto”, acota.

Melianthe Mendoza, de 15 años de edad, que cursa el sexto grado de la escuela “Juan Antonio Corretjer” de Ciales, se presentó en esta entrevista con un portafolio de fotos y reportajes autografiados por su rapero favorito.

Describe a Tito “El Bambino” como una persona “humilde, sensible y buena gente. Me gustan las letras limpias de sus canciones...”

Aunque no pudieron estar todas las chicas del fan club, también estuvieron en esta ocasión Keyla Torres, Keisha Díaz, Juliska Casiano y Gabriela Casiano.

Toman taxi para verlo desde lejos

“Querer es poder”. Este adagio parece caerle como anillo al dedo a las fanáticas de Tito “El Bambino”. Pues al menos las líderes de su fan club, Meralis González y Maribel Rodríguez, oriundas de San Lorenzo y Caguas, respectivamente, toman taxi para verlo en el área metropolitana o donde se esté presentando.

Este acto sacrificado de sus seguidoras es lo que más le sorprende a “El Bambino”, porque valora “el esfuerzo sobrenatural que hacen para verme”.

Meralis González, de 18 años de edad, pertenece al fan club hace dos años. Tenía una página en Internet, cuenta, cuando Tito pertenecía al dúo Héctor & Tito. La primera reunión que se hizo sobre el comité de fanáticas fue en casa de Gricel, la madre del rapero, en Parque Ecuestre en Carolina.

Maribel Rodríguez, de 22 años, por su parte, comenta que el reguetonero y ella se mantienen en comunicación vía correo electrónico.

A raíz de la muerte de sus padres hace varios años, confiesa, “me refugié en su música en vez de tomar otro camino, como algún vicio”.

Por eso, agrega, en una ocasión sorprendió con un bizcocho de cumpleaños al artista, que le llevó hasta la casa de su procreadora en Carolina. Como él no se encontraba, su mamá lo llamó y enseguida se apareció por esos lares. Allí compartieron un buen rato.

A partir de ahí fue invitada a la boda del artista, al fashion show y a otras actividades.

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